A parte del amor sus sabores y tactos, hay dos cosas que me dan un placer físico intenso, directo, eléctrico, un buen masaje en la espalda dado por quién te quiere y que te laven el pelo unas manos expertas.
Los dedos ordenando con fuerza los músculos de ahí detrás y jugando con tu cabeza en medio del agua caliente hace que se te pongan los pelos de punta de placer. (recuerdo ahora la película: "El marido de la peluquera")
Eso espero si me atrevo a hacer la Liebre Royal, que me des un masaje y me laves la cabeza.
Ya sé que pido mucho. Pero es que el guiso tiene mucho trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario