martes, 21 de abril de 2020

ROSAS DE SARTÉN


Según tengo rastreado, las rosas de sartén son un dulce de origen “morisco”. Recuerdo hoy la receta de mi madre de estas “rosas fritas” que tanto me gusta hacer con ella. Ojo, en los postres sí hay que ser meticuloso con pesos y medidas: dos huevos, un cuarto de litro de leche en la cocemos un cuarto de flor de vainilla, una cucharada sopera de anís seco, más ciento setenta gramos de flor de harina y lo batimos todo. Luego sumergimos el extraño hierro en el aceite caliente (el utensilio parece un arma alienígena que disparará, si apretamos el mango, algún rayo fluorescente y fatal) y entonces comenzamos la danza de hundir el hierro en la masa líquida y de inmediato al aceite. La rosa o flor de sartén se desprende en segundos y nada burbujeante, se hace sólida, se dora, la sacamos al papel secante y cuando la vamos a comer la pintamos con unos hilitos de miel tibia. El hierro se puede comprar en cualquier mercadillo, cuando la vida vuelva a la calle.

La última expulsión de los españoles moriscos, repito de nuevo: “españoles-moriscos”, fue ordenada por el h.p. (sí, las letritas significan lo que piensas) rey Felipe III entre 1609 y 1613. Se estima que fueron desterradas unas 300 000 personas que tuvieron que irse de su país, de su pueblo, de su casa, de sus vidas tranquilas para siempre, casi con lo puesto, malvendiendo sus posesiones, siendo muchas veces robados por el camino.
Pero algunos pueblos lucharon contra esta infamia. Me produce especial emoción la historia un pequeño pueblo llamado Villarubia de los Ojos, que está junto a las Tablas de Daimiel. Se llama “de los Ojos” porque está muy cerca de “los Ojos del Guadiana” un paraje donde antes surgía como de la nada el precioso río Guadiana (hoy ya no es tan precioso, ni surge). Es curioso que la palabra "ojos" venga precisamente de un confusión etimológica de árabe ʕayn ( ﻋﻴﻦ , plural ʕuyūn ﻋﻴﻮﻥ) que significa tanto "ojo" como "fuente y manantial".

El pueblo de Villarubia tenía casi un 40% de población morisca. Y estos españoles-moriscos, tras ser expulsados, volvieron a escondidas a sus casas (o hicieron como que se iban pero no se fueron) y luego la totalidad de sus vecinos, del más noble al más plebeyo, les encubrieron e hicieron todas las trampas legales e ilegales, posibles e imposibles para que no fueran de nuevo expulsados. Y allí se quedaron.

Cuando por casualidad visité en el 1992 el pueblo, ese año de fiestas de “descubrimientos” pero también de memorias menos rememorada por otras tristes expulsiones, en la calle principal, en una anodina tienda de pan, miel y chucherías, vi que vendían muchas cajas con dulces fritos y también estas rosas deliciosas que inventaron los españoles moriscos y que también hacíamos nosotros en Extremadura; todos españoles mil leches si rascamos la seca tierra de la historia, o mil leches a secas, sin trapillo.

Villarubia de los Ojos, se llama el pueblín, y es de esos pueblos que a uno le llena de “orgullo y satisfacción” haber visitado y saber su secreto. https://www.rtve.es/…/otros-documentales-expulsion…/4002920/

1 comentario:

  1. ME ENCANTAN LAS ROSAS DE SARTÉN (MI MADRE LAS HACÍA MUY BUENAS. CONSERVO SUS DOS MOLDES) Y ME HA ENCANTADO EL TEXTO...

    UN FUERTE ABRAZO,

    Lola Martínez Iniesta.

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