(Pintura de Chardin)
Le lloraban
los ojos casi siempre. Tal vez por el frío del amanecer o por el sol de noviembre. Tal vez porque había
visto pasar ochenta años de la historia de España por delante. Le gustaba
estar allí, en la casilla de su pequeña finca y esperarnos a nosotros los
cazadores para compartir el taco y las palabras. El tiempo y el domingo.
Los páramos,
perdidos, adehesados, barbechos, carrascas, choperas y viñedos de Villanueva de
la Fuente eran agrestes pero también muy civilizados. Durante siglos los dibujaron
los hombres con voluntad y trabajo este horizonte agrario y limpio. La receta es suya. Una gloria. Un lujo. Cada domingo le dábamos una liebre.
Guisado el animal a fuego lento con sus ajos fritos,
su copa de aceite, de vino tinto y de vinagre, se separaban las carnes de sus
huesos y en templado se extendía por encima un salmorejo cordobés, ese simple y
rico majado de aceite fino, tomate, pan asentado, sal, pico de ajo y huevo
duro. El viejo se relamía mientra yo apuntaba en
el cuadernillo su receta. Lo aprendí en
el Ebro, de unos andaluces anarquistas muy bromistas. Ninguno se salvó en aquella posición de la sierra de Cavalls. Sólo yo.
Sus ojos brillantes miraban la liebre con cariño. Apreciaba mucho
la carne del animal. Me explicó otros muchos guisos para relamerse. Entonces en el Ebro, por la noche, cada cual
contaba lo que se comería cuando acabara la guerra. Era muy chistosos aquellos
andaluces anarquistas, buenos tipos, compartieron con nosotros, el grupo de los
niños manchegos, su tasajo y su valor.
Hace ya muchos años que no voy por esos campos bellísimos, cervantinos y limpios pero hago a veces su receta de liebre en salmorejo. La tomo templada, con el fresco salmorejo por encima, como aperitivo, con un vino tinto fuerte de aquella misma tierra.
Hace ya muchos años que no voy por esos campos bellísimos, cervantinos y limpios pero hago a veces su receta de liebre en salmorejo. La tomo templada, con el fresco salmorejo por encima, como aperitivo, con un vino tinto fuerte de aquella misma tierra.
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