Patos lacados del barrio chino de San Francisco |
Vuelvo al
crudivorismo muchas veces, en la cama o en la mesa. Refinamos el hambre y
aliñamos el deseo con salsas muy diversas, pero al final el Cromañón que llevo
dentro comparte con el Sapiens muchas cosas.
El triángulo
de lo crudo-cocido-podrido inventado
por el antropólogo Claude Lévi-Strauss sigue dando mucho juego para analizar
nuestro gusto. Los cuatro tomos de sus Mitológicas son un placer para un lector
retorcido como yo: “Lo crudo y lo cocido”,
“De la miel a las cenizas”, “El origen de las maneras en la mesa”… sobre todo
ahora que la sección de gastronomía de las librerías está llena de famosos que
cocinan, recetarios llenos de fotos falseadas con photoshop o esos libros tan bonitos de Jamie en los que hace la
paella con chorizo.
Limpio la
papaya de piel y de pepitas y la corto despacio en dados muy pequeños. A mi el
olor de la papaya madura, en su punto, me recuerda a otros olores carnales
también muy sabrosos. Buen, sigo, que me distraigo. Retiro del maigret de pato la
piel, algún tendón y alguna venita y pico su moradas carnes en pequeños
cuadraditos. Meto cebolla morada y pepinillos agridulces en la picadora y añado
este desmenuzado a la carne junto con la papaya, un poco de mostaza con miel, cucharada de zumo de lima, cayena recién molida, chorrito de Pedro Ximénez, pruebo
su punto de sal y mezclo bien toda esta farsa multicolor.
En bol aparte bato espesa leche de coco con un chorrito de salsa de soja buena, una yema de huevo cruda y dos recortes de piel de lima. Con esta salsa caribeña acompaño el tartar de pato que monto con moldes redondos. Adorno y acompaño este carnívoro flan crudo con dos flores de calabaza fritas rellenas de queso de cabra verato. Ya tenemos en un mismo platillo lo crudo, lo cocinado y lo podrido (en este caso fermentado, el quesuco). Pero lo crudo no es tal, porque detrás de tartar hay mucha cocina y puñados de cultura. En el sexo pasa lo mismo, va uno de salvaje, de crudívoro, de aplicado Cromañón y al final nos sale Bataille, Keats, Courbet y el resto de amigotes del señor Sapiens.
Adios amigo Claude. Muchas gracias. Tanto de lo que sé de cocina lo aprendí de tus libros...
En bol aparte bato espesa leche de coco con un chorrito de salsa de soja buena, una yema de huevo cruda y dos recortes de piel de lima. Con esta salsa caribeña acompaño el tartar de pato que monto con moldes redondos. Adorno y acompaño este carnívoro flan crudo con dos flores de calabaza fritas rellenas de queso de cabra verato. Ya tenemos en un mismo platillo lo crudo, lo cocinado y lo podrido (en este caso fermentado, el quesuco). Pero lo crudo no es tal, porque detrás de tartar hay mucha cocina y puñados de cultura. En el sexo pasa lo mismo, va uno de salvaje, de crudívoro, de aplicado Cromañón y al final nos sale Bataille, Keats, Courbet y el resto de amigotes del señor Sapiens.
Adios amigo Claude. Muchas gracias. Tanto de lo que sé de cocina lo aprendí de tus libros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario