...Este culto al
puerco que tanta aprensión da a los que no son aborígenes. De norte a
sur, de este a oeste el uso del alimento cerdícola como elemento
gastronómico-decorativo no es apto para foráneas sensibilidades con escrúpulos:
caretas de cerdo saladas, algunas con su cigarro y sus gafas de sol,
cochinillos expuestos en los escaparates en diversas poses no siempre sexualmente provocativas, tanto desnudos como asados y cuidadosamente despatarrados, museos
jamonófilos con docenas de piernas colgando y amenazándonos desde el techo, no
tanto por las gotitas de grasa que recoge ese invento de la tecnología nacional
en forma de cono que pinchan en el culo curado, como porque se descuelgue
alguno y nos rompa la crisma…
Hay muchas
culturas amantes del cerdo en todo el mundo, pero aquí, en estas tierras, se sumó
la demostración de ser cristiano viejo y por lo tanto comedor de gorrino con
el gusto por la grasa, la imaginación que da el hambre para hacer con todas sus
partes pudendas y no pudendas cualquier guisote rico y el refinamiento
cultural-tecnológico de fabricar una diversidad de embutidos exquisitos
mareante. Por no citar a un jamón ibérico que es la obra cumbre de la ciencia y
la sapiencia hispana.
Pero a pesar
de ser uno también aborigen no deja de sorprendernos ese uso decorativo del
marrano. En este caso, casi parece una instalación artística que podría estar
en ARCO o en un museo de antropología titulándose “lo salvaje y lo domestico” o
“evolución de la caza a la despensa” o “los cerdos y cerdas me gustan hasta sin
depilar” (avisaré a los del museo de Atapuerca porque se han olvidado de este excelente reclamo para las hordas turísticas extasiadas con el homo antecesor, cuando el homo predecesor no tiene desperdicio). No decimos nada del taxidermista
que hizo la cirugía estética al pobre jabalí o de su expresión alegre y
avisada, (ya que merecería, como condena, ser disecado también). En cuanto a quién inventó el "cono recoge grasa" ¿a qué esperan para
darle el Nobel por lo menos y sacarle en los periódicos como al inventor de
tamaño y utilísimo portento?... Steve Jobs hizo mucho menos.
Los blogs como el tuyo no me solían gustar,no me gusta que me cuenten un rollo para explicarme una receta. Hasta que el enlace de webos fritos me trajo aquí, me ha enganchado. Quizas porque veo la vida y la cocina desde una perspectiva similar a la que tu cuentas. Gracias. (por cierto mi almuerzo de hoy serán un potaje con unas exquisitos chorizos de Jabugo, nadie trata tan bien a los cerdos como los de Huelva y los extremeños.)
ResponderEliminarEs verdad, por el sur a los cerdos se los quiere, aprecia, valora. Sólo hay que ver como viven muchos, libres, yo diría que felices rebuscando por la dehesa y tumbados al sol (o a la sombra). En el sur se los mima y quién mima a los alimentos que luego se comerá se mima a si mismo...
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