El sabor, su levedad remota, su intensidad violenta, un sabor que
primero tal vez fuera sorpresa y luego es memorable, deseado, perseguido. Hay
quienes tienen más papilas gustativas en la lengua y quienes tienen menos, pero
el sabor, cuantificable, también se teje en la voluntad de aprenderlo,
curiosear, probar, querer, ser glotón y repetir.
El “rinrán” es una ensalada apresurada, un picado grosero de
tomate, pimiento verde y cebolla aliñado todo con sal, aceite, vinagre y
pimentón en el que todos los ingredientes, por estar en sazón y ser de
temporada, convierten este guiso fresco y sencillo en algo delicioso. En la
Casa del Pozo en Villanueva hacen un “rinrán” poético, buscando sobre todo la
gracia del sabor: bombones de rinrán.
El mundo se divide entre los besos con lengua y los demás. Los
demás son sociales, culturales, con discurso; los con lengua buscan el sabor,
convocar el deseo y el instinto, dejar las retóricas para los gastrónomos y los
literatos.
Bombones de rinrán y besos con lengua. Seguiremos informando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario