Tengo antojo. Me apetece un salmorejo de cerezas con su jamoncito fino, sus cuatro percebes sumergidos por ahí y su colita de carabinero marinada en vinagre de arroz, aceite de cebolleta a modo de voluptuoso y excesivo adorno de sabor.
Pero no está la economía para estos lujos. Haré un salmorejo cordobés con huevo duro de adorno y punto. La receta está por ahí, más abajo. La foto es de hace tiempo, me salió exquisito y perdón por los horribles platos.
El arte de comer sardinas. Gui, como yo, somos de la tribu de los devoradores de sardinas asadas, no hay otro manjar más rico junto a la playa que dos docenas de sardinas pequeñas, asadas en su punto, no muy hechas. También tengo hoy antojo de sardinas. Gui no deja nada, salvo la raspa y porque le he dicho que no es comestible que si no....
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