Pocho en mantequilla zanahoria rallada, una cebolla, un poco de calabaza. Añado la carne del buey de mar y, por encima, la carne y el coral de su caparazón. Rehogo y añado un poco de caldo de pescado y media copa de jerez seco. Trituro bien el guiso en una batidora de vaso. A baja velocidad añado un poco de nata, de leche de coco y una yema de huevo, pimienta, rectifico de sal y punto.
Al servir coloco encima de cada ración la carne de las pinzas y unos daditos de tomate pelado y sin semillas.
Una vez, hace mucho tiempo, tenía una gata gris loca y cariñosa, una casa pequeña y una sonrisa blindada contra la intemperie o la tristeza. Aprendía ha hacer marinados y cebiches, cazaba perdices los domingos, escribía sobre un lince perdido, volaba por trabajo a ciudades tranquilas y hacía los días de fiesta esta sopa de txangurro o buey de mar, lasaña de verduras, hojaldres rellenos de carne, sopa de tomate, buñuelos, el amor.
Hoy me queda el placer de esta sopa o crema tan rica, sencilla y consistente.
Es lo único que hoy echo de menos hoy.
Descubrí ayer éste blog y no he parado.
ResponderEliminarUna delicia leerlo y otra cocinar en mi mente las recetas.
Por eso, por lo mismo que debemos permitirnos esos "lujos invisibles" que describías en tu última entrada, y por muchas razones más el corrector automático no debería pasearse por tus textos.
Releé.
Lo demás excepcional.Felicidades!
Gracias Javier. Me alegra que te guste. Y sí, es verdad, soy bastante desastre para las re-lecturas y las necesarias correcciones. Pero me pondré a ello.
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