Hoy
necesito que cada bocado sea un placer intenso y veraniego. Recuerdo ese olor
de los suquets a pie de playa cerca del pueblo de Carlos Barral. Si hiciéramos
un guiso con sirena seguro que sabría a suquet. Mejor no pruebo, me gustan
vivas, me gustan crudas.
Compro.
Un hueso de rape, un kilo de mejillones, medio de gambones (que son congelados
y están muy baratos), medio de muslos de pollo troceados, tomates en sazón,
cebolla, pimiento, ajo, perejil, medio kilo de patatas. Diecinueve con ochenta
y cinco. (azafrán ya tengo en casa).
Fácil.
Hacemos el sofrito de la forma habitual, abrimos los mejillones al vapor,
pelamos los gambones, cocemos el hueso y las peladuras de las gambas. Sofreímos
el pollo con dos dientes de ajo fileteados y cuando están dorados los pedazos
echamos encima ese sofrito que nos sale tan rico y los mejillones limpios.
Colamos el caldo, preparamos la cazuela donde ponemos el sofrito con el pollo,
el caldo y las patatas troceadas a medias cortadas a medias “arracandas” para
que el caldito salga espeso, el azafrán tostado y a cocer. Rectificamos de sal
y cuando está el suquet listo y su aroma inunda la cocina ponemos los gambones
pelados para que se hagan ese último minuto y también una picada de ajo
machado, almendras crudas bien machacadas, tomate triturado, perejil, pimienta,
cinco minutos y quince de reposo. Si sobra, al día siguiente está aún mejor,
pero a mi nunca me sobra.
Hoy
no tengo el mar, ni la playa, pero hoy me conformo con este suquet barato,
simple y suculento.
se ve deliciosa .Gracias por esta receta
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