Foto de Sarah Bahbah |
¿Decir te
quiero?, ¡qué pereza! suena a comida rápida. Prefiero guisarte una tortilla de gambas.
En este país,
por sus peculiaridades culturales y su historia reciente hemos tenido
dificultades para expresar nuestras emociones amorosas. A esta dificultad de
expresión verbal y escrita para transmitir nuestro afecto a quien amamos,
estimamos o deseamos se llama “alexitimia”. La persona que amamos (y nos ama o
puede amarnos) espera esa expresión verbal elaborada, la necesita, desea ser
seducida por ella, pero esa expresión no se produce. La pérdida de esta
retórica y de esta narrativa se sustituía por los más tópicos discursos
literarios, radiofónicos o televisivos y así íbamos tirando.
Pero los
nuevos espacios virtuales para conocer, ligar y ser ligados, obligan a un
dominio alto, sofisticado, de la expresión verbal y escrita. ¿Hemos dejado de
ser alexitímicos?, ¿seguimos plagiando los guiones de las películas y de la
literatura popular?, ¿hemos aprendido a decir y escribir lo que sentimos?,
¿aparecerán pronto app que sustituyan nuestras palabras y solucionen esta
necesidad? ¿qué palabras y expresiones utilizamos con más frecuencia para decir
“te quiero” sin utilizar tan sobadas palabras? ¿cómo investigan los sociólogos
y sociólogas todo esto?
“Díselo con un diamante”, decía hace unas décadas cierto slogan viejuno
pero muy perspicaz. Las marcas, aprovechando este drama o carencia, nos quieren vender de todo.
Pasar de la
alexitimia a Meetic, de la timidez verbal o la afasia amorosa al ligoteo global es todo un salto moral sin
red. Todo un mercado por explotar. Ya comienzan a aparecer modernos Cyranos de Bergerac de
pago. En la película “Her”, el protagonista Joaquin Phoenix se enamora de una
App, pero su trabajo es expresar con palabras cálidas y elaboradas los sentimientos de otros y que
esos otros las pasen por suyas.
La tortilla de
gambas es más fácil: dos buenos huevos, una cucharadita de perejil frito, seis
gambas peladas y crudas, pizca de sal. Cuando te la guise para cenar ya sabes lo que quiero
decir, yo paso de Neruda o de Becquer, soy alexitímico pero un buen cocinero.
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