Pintura de Luis Egidio Meléndez |
No hace tanto eran así las sandías. Con muchas semillas grandes y negras. Estas son del XVIII pero en mi infancia también eran así.
Ahora no, las sandías son casi todas iguales, apenas tienen semillas y pronto serán cuadradas en lugar de redondeadas.
Durante las largas siestas veraniegas, en la casa de campo de mis abuelos, navaja en ristre, daba cuenta de una de estas gigantes sandías bien frías. Luego nos íbamos al río a nadar en plena digestión, flotábamos con el vientre dilatado como ballenas ahítas, con los ojos cerrados, dejándonos mecer por la suave corriente, sintiendo las capas frías y calientes de las pozas, los peces nos mordisqueaban las piernas y la espalda, y el tiempo, el tesoro del mundo, entero, era nuestro con todas sus semillas.
Que texto más bello y evocador
ResponderEliminarGracias A.
EliminarMe repito por enésima vez.
ResponderEliminarQue hermoso.
Y sí, donde va a para lo cómodas que son las sandías cuadradas a la hora de acoplarlas en el frigo.
¿Para cuando una neverita redonda para las sandías?...
EliminarPrecioso! Me ha encantado descubrir este blog.
ResponderEliminarGracias M.
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