lunes, 14 de abril de 2014

CAFÉ SOLO

Pintura de Tavo Montañez
Me gustaba el café largo, ligero, de tueste natural y perfume suave. A tí en cambio te gustaba espeso, en taza pequeña, con sus posos al fondo como hacen los turcos. Nada de infusiones de yerbas saludables, nada de té Earl Grey . Por la mañana no existíamos hasta que nos saboreábamos en la cama cada cual su café sin azúcar.
Compartir sueño y café es compartir mucho. Compartir más ya era excesivo. Cada cual tenía su vida y sus misterios. Claro que el café y el sueño suelen desatar la lengua. Compartir la lengua y sus consecuencias, las palabras, ya era compartir casi todo lo que considerábamos importante.
Hay quién se empeña en compartir ideología, gustos culinarios, escritores favoritos, futuro, destinos de viaje, formas de perder o de ganar el tiempo… y acaban como acaban, claro, aburridos el uno de la otra y viceversa. Hastiados de esa otra persona que se ha convertido en su sombra, su cómplice, su semejante. Nosotros con el café y las noches ya teníamos bastante y aún así tu café y tus noches eran muy distintas a las mías.
Un café por la mañana me devuelve el optimismo. Cualquier diría que esta entrada me la ha pagado el tio Juán Valdés del café de Colombia. Pero no, me la ha pagado este maravilloso e impagable dibujante llamado Tavo Montañez que hace estas pinturas estupendas precismente con café.


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