Paul S. Brown. "spanish onions" |
Hemos visto en
el Madrid Fusión que se ha puesto de moda el bocadillo. Tantas pajas mentales,
tanta tecnoemocionalidad, tanta Marcaspaña
para volver al bocata, jo.
Es famoso el
bocata de mezluza frita con mahonesa que se llevaba Arzak en los aviones para evitar
morir de tristeza ante las cosas alienígenas que daban para comer en las
bandejas del almuerzo.
Y del bocata
su piedra angular es el pan, un buen pan, esa cosa medio en peligro de extinción
a pesar de la resistencia de unos pocos panaderos heroicos y el empeño militante
de webosfritos de ponernos todos a
amasar. Y dentro del pan ¿qué? Cualquier cosa apetecible. No puedo meterte
dentro de mi bocadillo, claro, aunque estés para morderte. Te dejaré para el
postre.
Meto dentro de
dos chapatitas webeñas unos filetes
finos de lomo de ciervo que lleva varios días días ajamonándose enterrado en sal, azúcar,
mucha pimienta negra y yerbas diversas. Sobre ese fiabre salvaje extiendo
ensalada de rúcula y un poco de cebolla morada rallada amalgamada con brie, vinagreta de miel y polvo de pistachos.
Refrescamos las
lenguas con un Syrah Bro Valero. Lo bueno de los bocatas es lo poco que hay que
recoger y fregar luego. Lo rápido que se puede pasar del fiambre ajamonado a la
carne palpitante sin dejar de comer ambas con los dedos.
Me gusta la pintura, parece una mujer de verdad de las que le gustan los bocadillos,y no las que parecen insectos palo y que quieren vendernos como mujeres ideales y perfectas (...y si culo, que aburrimiento)
ResponderEliminarAsí es, Paul S, Brown pinta igual de bien bodegones de cosas apetecibles que cuerpos igualmente apetitosos. Nada de insectos palo ni dietas de hambre.
EliminarAquí apostillo yo.
ResponderEliminarNo todas las pocas carnes se deben a dietas, a veces nacemos así de insectos palos.