- ¿Alta cocina? El sitio donde vive y come la gamba es dónde se fabrica
la alta cocina. Después el pescador la pesca y el cocinero, como mucho, la
arrima unos pocos segundos al fuego, un poco de sal y punto, ahí se acaba todo.
Bueno, si, también puede pelarla y hacer un adornito con algas en el plato en
forma de cama o algo así. Cualquier otro aderezo, enjuague o guiso es ganas de
joder el sabor de la gamba.
Tu me miras y sonríes en silencio
por mi chula jactancia, mi fanatismo gambófilo, mi indignación al leer sobre retóricas gastró en revistas expertas o la
demoledora crítica que te cuento que hace a todos esos expertos de la cosa
caníbal Rafael Chirbes en su bestial y perfecta novela “en la orilla”.
- Claro que se pueden hacer guisotes con las gambas, caldillo con sus
caparazones, arroces, suquets y chupes. Hay gambas humildes que entregan su
alma al caldo y su cuerpecillo al relleno de cualquier croqueta de marisco.
Pero a una gamba buena no hay que hacerla nada, fuego, sal y chupar su cabeza
hasta llegar a su último pensamiento.
Y eso haces. Por hablar tanto ya te has adelantado dos
gambas, pero me gusta verte afinando le lengua, haciendo ruidos en el
rechupeteo, masticando despacio la carne blanca y traslúcida, saboreando la
parte dulce del mar. Ya chuparé
luego tus dedos y el resto de partes comestibles que tienen las sirenas...
¿Como he tardado tanto en descubrir este blog?
ResponderEliminarGracias Angel. Por aquí andamos, hace tiempo.
ResponderEliminarMe encanta...estoy contigo...si me apuras, la gamba hasta cruda está exquisita :-)
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