No se trata de
abogar ahora por el famoso “menos es más” obligados por la crisis, pero a veces
basta un libro, una caña y cuatro cañaínas como aperitivo para tocar la
felicidad. El libro es de Mary F.K. Fisher y se titula “Sírvase de inmediato”.
Lo escribió en el año treinta y seis con el entusiasmo y la frescura de una
joven gourmet yanki de viaje por Francia.
A veces basta
bien poco para saborear un rato de felicidad. Siempre hace falta poco. Tardamos
muchos años en descubrirlo.
El afán de riqueza es afán de poder, poder hacer,
poder tener, poder cambiar. Sin embargo tardamos muchos años en descubrir que
la vida no puede atesorarse, se escapa siempre y queda nada, ni poder, ni riqueza. Nos educaron en
esos cuentos y esas cuentas. Y cuánto tiempo perdemos.
La vida no
puede atesorarse pero sí su memoria. Tengo en ella todo el tiempo que perdí en
el placer, en lo inútil, en intentar tocar con las palabras mi propia vida, en
cuidar, en amar y en cocinar. El resto del tiempo, el que invertí y vendí y
compré lo tengo medio deshecho en mi memoria, es una pasta gris, líquida, sosa
que no sirve para nada. Nunca sirvió.
Voy a seguir
con Mary y mi cerveza.
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