viernes, 20 de septiembre de 2013

GASTROINCULTURA

Imagen de la película: "El tambor de Hojalata"

Hay asignaturas vitales que siguen sin existir en las aulas. Fue fugaz el paso de “educación para la ciudadanía” aunque era tan importante educar en los valores de la democracia y la ciudadanía responsable. Se ha extinguido la “coeducación”, pedagogía fundamental para comenzar a evitar desde la infancia que se desarrolle la venenosa hiedra de la violencia de género. Tampoco nos muestran como vivir el amor o el sexo, por separado o unidos, aunque tan clave es para la felicidad personal. Ni nos explican en la escuela los oscuros arcanos de la economía para evitar las trampas y desastres deL sistema financiero y los caramelos envenenados con los que nos engañan los bancos. Ni nos muestran algo tan fundamentaL para la vida, la nuestra y la de los nuestros como, es el comer bien, rico y saludable, manteniendo así viva la cultura gastronómica en la que hemos nacido.

Estamos viendo el enorme cambio que se ha producido en los hábitos de consumo de alimentos de los españoles y también el enorme problema, por no llamarlo epidemia, que suponen el sobrepeso y la obesidad infantil en España y que está motivado por diversos factores, no por conocidos menos problemáticos. “Comer sano y comer rico son cuestiones indisociables”. Más que educar sobre la dieta saludable desde criterios medicalizados como ha sido hasta ahora, habría que hacerlo desde criterios de cultura gastronómica. En este sentido se mueve la proposición no de ley presentada por el brillante sociólogo y Diputado en el Congreso Juan de Dios Ruano Gómez para introducir en la educación obligatoria la asignatura de “Gastronomía”. Es una idea revolucionaria y con un potencial de cambio social muy importante. Si no enseñamos a nuestros hijos esa “cultura gastronómica” que es parte de nuestro patrimonio, no solo serán niños y adultos menos sanos, sino además más incultos.

Comer bien no es una cuestión de paladar o de salud en abstracto, ni de estética de la gordura o la esbeltez, sino una cuestión, a medio y largo plazo de vida o muerte. Si no queremos morirnos o estar crónicamente enfermos de obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiacas o cáncer del aparato digestivo debemos tomarnos el tema del comer muy en serio. No se trata de alimentarse o de nutrirse, si trata de comer de forma saludable y de vivir de forma saludable.

Unos pocos datos:

- Un 28,3% de niños tiene exceso de peso (un 7,1% padece obesidad y un 21,2% sobrepeso)

- Más de la mitad (52%) de la población adulta en la Unión Europa tiene sobrepeso u obesidad.

- En España, el 39% de la población tiene sobrepeso y el 23% obesidad.

- El 12% de la población tiene diabetes tipo 2.

- Más del 40% tiene hipertensión.

¿Es o no “gastronomía” una asignatura importante? 

(redoble de tambor...)

2 comentarios:

  1. Estamos perdiendo la dieta mediterranea, la que nos ha llevado a tener una esperanza de vida por encima de otros muchos países. Una pena.

    ResponderEliminar
  2. El indicador "esperanza de vida" es, con mucha frecuencia engañoso. Hace un siglo la esperanza de vida, una vez superados los 10 primeros años (primera infancia), no era muy diferente a la actual (si obviamos las muertes por guerras, claro). En todo caso esa "esperanza de vida" es un logro de los descubrimientos médicos (las vacunas, la cirugía, los tratamientos contra el cáncer, los nuevos fármacos...) y de la calidad de los sistemas sanitarios más que de lo que comemos...

    Gracias por tu comentario Cris.

    ResponderEliminar