miércoles, 25 de junio de 2014

EL ORIGEN DE LA COCINA II



(De un pasquín encontrado en la calle de Madrid. Año 2032)

Hubo un tiempo en el que los hombres y las mujeres, con la ayuda del fuego y la memoria, cocinaban sus propios alimentos.

Hubo una época en que el tiempo era nuestra más preciosa pertenencia y utilizábamos sus horas, sus días o sus instantes para trabajar, conversar, caminar y cocinar.

Hubo una época en la que los hombres y las mujeres encontraban placer en derrochar el tiempo junto al fuego, mientras un puchero burbujeaba muy despacio y luego, con hambre y alegría, compartían el guisote sabroso y esas horas gustosas de la noche en las que los cuerpos pierden sus fronteras.

Hoy el tiempo es apenas mercancía y cuando nos sobra lo utilizamos para comprar y consumir el ocio, sus gadgets y sus gestos vacíos. Nos alimentamos de lo que las industrias de la alimentación denominan “comida” y que nosotros apenas calentamos en algún aparato y presentamos en un plato con más o menos estilo. Nadie cocina ya, nadie sabe hoy como transformar un vegetal, una legumbre, un pescado, un trozo de carne o una fruta en un guiso apetecible. Hemos perdido un saber precioso y una forma muy bella de perder el tiempo: cocinar. Y con ese saber hemos perdido también un pedazo muy grande de nuestra soberanía ciudadana y de nuestra libertad personal.

Estamos en manos de corporaciones misteriosas, multinacionales oscuras, industrias cuya finalidad siempre fue enriquecerse pero no alimentar mejor o de forma más sana a sus consumidores. Estamos en manos de gobiernos corruptos, autoridades ignorantes, poderes públicos infames cuya finalidad y necesidad se pierde en discursos espesos, programas políticos nunca cumplidos, afirmaciones falsas y estadísticas manipuladas.

Es tiempo de romper con este presente. Es tiempo de recuperar la cocina y la inteligencia, el fuego y la memoria. Es tiempo de cambios y revoluciones. Salud y Libertad.

Firmado G.G.


No hay comentarios:

Publicar un comentario