Los hijos son como son. Nuestra única obligación solo es quererlos. Guillermo, es ya un pequeño cocinero que ama guisar y comer. Iker, el mayor, está en otra cosa, es hijo de su tiempo, la cocina no es lo suyo. El otro día llegué a casa a la hora de comer y como no le había dejado la comida preparada se estaba “haciendo” unas salchichas de sobre en el microondas. He aquí el hermoso plato, juzgad el crimen….
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