domingo, 5 de diciembre de 2010

CALDO DE SU

Yo, fumando un carámbano de cascada. La ministra dice que es malo fumar y por eso sube el precio del tabaco (más barato), "para que no fumemos". ¿porqué no dice que el Estado necesita la pasta para pagar, por ejemplo, el subsidio para los parados de larga duración? Así fumaríamos de forma solidaria.
Caldo caliente para disolver esta niebla helada de diciembre desde mi ventana. Caldo receta de Su, también con su azafrán más sus cinco gotas de Jerez, su yema de huevo y su puñado de tapioca. Si, ya sé, no puedo evitarlo, soy excesivo. Llevo media botella de Ribera de Duero media terrina de paté de liebre, medio queso de cabra de mi tierra, medio pan gallego. Tengo vocación de gordo aunque disfruto de la suerte de que no me sobra ni un gramo de grasa. De plato principal tras el exceso le doy al caldo de Su, haciendo ruido al sorber, mirando el horizonte espeso y blanco de la sierra de Gredos. Ayer estábamos a pleno sol por ahí arriba, sentados cerca del charco del Trabuquete, contemplando las cabras monteses y la nieve polvo limpísima, devorando un bocadillo con jamón y chorreón de aceite, de postre torta de alfajor y un carámbano de hielo de la cascada y un aire tan limpio que nos limpiaba por dentro la nostalgia.

Me escribes que dejaré de amarte. Pues si, tienes razón. También dejaré de respirar y de saborear el caldito de Su y de contemplar con placer la niebla de hoy, la nieve de ayer. Lo sé muy bien, somos mortales. Es una lástima, me gustaría poder amarte doscientos y trescientos años, pero no puede ser. Nadie es perfecto. Pero aún me quedan muchos.

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