lunes, 20 de junio de 2016

BERENJENAS EN MADRID



Escucho con frecuencia ese deseo de retirarse del mundanal ruido, de la tiranía de la ciudad vampira de tiempo, laminadora de la lentitud, criadora de prisas, atascos, contaminación, desconcierto, agotamiento. Madrid me mata. Ese deseo de escapar, aunque sólo sea los fines de semana y ese sueño de huir por fin a otro lugar tranquilo en el que las estaciones cambian el color del campo y no son el nombre de unas paradas de metro. Pero a mi me gusta el “mundanal” ruido urbano, la ciudad es mi hogar y la siento amiga, habitable, simpática, loca, sorprendente, intensa. Amo esta ciudad, te lo dice un niño de pueblo, un tipo montaraz que siente placer metido en un río helado pescando truchas o caminando por un bosque de robles al amanecer tras las becadas o paseando entre zarzas y castaños salvajes en busca de amanitas o simplemente tirado en el monte mirando embobado la Vía Láctea. Pero Madrid es mi casa.
¿A quién se le ocurriría que una berenjena fuera comestible?, con ese color negruzco o morado, esa carne estropajosa y amarga en crudo... Y sin embargo cocinada es exquisita. A mi me gusta cortada en láminas finas, enharinada, salada y frita, crujiente y blanda. Si a esas láminas ya fritas, las intercalamos capas muy finas de virutas de parmesano y Carpaccio de buey tenemos una falsa lasaña fastuosa. Madrid es una berenjena brillante, negruzca, sospechosa, amarga, incomible si no la cocinas con amor. Pero si sabes su secreto, si la cocinas con hambre y sabiduría es un bocado rico para compartir. 

Me parece que el domingo haré berenjenas...

3 comentarios:

  1. Gracias, Ramón, por las palabras que, en un momento especialmente emotivo para mí, me llegaron de la mano de Marian.
    Sepa Vd. que soy asiduo lector de sus escritos y que los busco con avidez en los distintos cubiles de la Red.
    Comparto buena parte de sus puntos de vista y alguna de sus adicciones. La pasión por el río y las truchas quizá sea alguna de las más adictivas. Entre el 4 y el 10 de julio, junto con algunos otros pescadores por los que siento gran aprecio andaré trotando caña en mano por tierras de lo que fue Riaño. Los permisos para los cotos hace meses que nos fueron concedidos, no obstante existe la posibilidad de que queden permisos libres para algún día. Podría ser a mediados de esa semana. El coto sin muerte del río Yuso "Tierra de la Reina" (Barniedo de la reina-Portilla de la Reina)es una opción que siempre nos ha deparado momentos de intenso gozo. Naturalmente sin ningún compromiso, ¿desea Vd. que explore esa posibilidad...?
    Un abrazo: Gerardo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De nada Gerardo. Claro que si. Habrá que subir a Burgos, Palencia o León a seguir tocando truchas. Será un placer compartir un río contigo.

      Eliminar
  2. Yo también apostaré por berenjenas el domingo

    ResponderEliminar