lunes, 16 de abril de 2012

CALAMARES NEGROS COMO EL PRESENTE

Con tinta dibujan los mapas los cartógrafos. Con tinta escribimos los sueños. Con tinta escribimos cartas de amor o despedida. Con tinta hacemos un guiso rico de calamares o chipirones rellenos de sus patas y un secreto.
Me gustan las morcillas negras, la lamprea negra, los calamares negros y las noches más negras para meterme dentro de tus abrazos.

Guardo las bolsitas de la tinta de los calamares y las deshago en el mortero de piedra con un poco de agua, de vino blanco, de almendras crudas y sal. Limpio los calamares de esa piel que cuando están vivos y nadan en el mar oscuro les ilumina cuando se enfadan o se excitan o se asustan o hacen el amor. Les limpio y troceo en anillas. En una sartén con aceite sofrío tres dientes de ajo fileteados y cuando están dorados echo los calamares y les doy unas vueltas, entonces añado dos cebollas grandes ralladas, dos hojas de laurel, el ingrediente secreto, un vaso de vino blanco semiseco y la tintas que ya hemos desleído en el mortero.

Cocemos los calamares a fuego lento hasta que estén blandos y la salsa se reduzca y la cebolla ya no exista. No necesito espesar esa salsa negra como la tinta que dibuja mapas, sueños, cartas de amor o despedida. Hago un arroz blanco con su punto de azafrán que acompañe tanta oscuridad. Días negros de crisis pero al menos los chipirones siguen baratos.
De la salsa no hay que dejar ni rastro, es plato de pringue.

Con tinta de calamar dibujamos un sabor exquisito que llega del mar profundo, oscuro, abisal. También Moby Dick comía calamares. A todos los monstruos libres nos gustan los mismos alimentos. Me has dicho que a ti te vuelven loca. A mí también me encantan. Creo que somos hermanos y hermanas de Moby Dick. Mejor ballena que ballenero.

3 comentarios:

  1. Esta receta cae el sábado, aunque quizas me vendría mejor una con colores porque como tu dices el futuro se nos oscurece. A lo largo de mi vida he sentido el futuro abierto ante mi, he enfrentado los retos con ganas y con alegría, algo nuevo, en un par de ocasiones he sido yo la que he vuelto mi vida del reves para empezar de nuevo. Ahora no es que tenga miedo, pero si me inquieta. Es la crisis, pero además en mi caso cuando las mujeres pasamos de los cuarenta nos volvemos invisibles desde el punto de vista laboral. Por ahora esto dura, me refiero al trabajo y ya me puedo dar por satisfecha.

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  2. Los chipirones se hacen solos, no tienen ningún misterio. Si quieres color haz, para acompañar, un salmorejo con fresas (tomates pelados, aceite, pan asentado, unas fresas, un poco de vinagre, sal y a batir) Por unos cordones gruesos de salmorejo por encima del planto de chipirones en su tinta...

    Y no, las cuarentañeras no sois invisibles bajo ningún punto de vista, laboral o personal, eso dicen los gurús de los RRHH y las multinacionales de la cosmética para que seáis obedientes, pero nadie sabe más, ni es más eficiente y productivo que un tipo o una tipa de cuarenta...

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  3. Gracias por la sugerencia.

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