jueves, 25 de marzo de 2010

SOPA DE MENTA Y TOSTADAS DE SOL

(Foto de Lora Palmer)

Canta despacio Quique: “Aunque tu no lo sepas / nos decíamos tanto / con las manos tan llenas / cada día más flacos. / Inventamos mareas / tripulábamos barcos, / encendía con besos / el mar de tus labios. / Y toda tu escalera.”

Aunque tu no lo entiendas, aunque tu no lo sepas, aunque nunca lo sepas no hay más tiempo que este, no hay más vida que esta, no hay más ternura que la que se derrocha siempre sin palabras y luego queda atrás. No hay cocina sin fuego y no hay amor sin fuego y sin hambre y sin su poco o mucho de locura. Lo demás es engaño, aplazar las derrotas y volver a lo extraño, comprar precocinados, olvidar los sabores que te hicieron feliz.

No volveré atrás, ya me voy, no temas, guardo tantas palabras en mi mochila que ya casi no pesan, guardo tantos silencio en los bolsillos que me siento desnudo. No volveré atrás, ni voy hacia delante, me quedo como siempre al borde del camino y por aquí ando, despacio, sin usura, sin rumbo, sin besos, endurecido por el barro y los restos de lluvia. Luego, ya de noche encenderé el fuego para cocinar mi vida y calentarme las sobras de las sobras, pero siempre sonrío, no temas, aunque nunca fui duro, ni valiente ni sabio, un poco resistente y nunca derrotado. Me haré sopa de menta y tostadas de sol, guisaré tres o cuatro recuerdos que me sé de memoria con un poco de sal de aquel desierto, asaré mis entrañas, picantes y sabrosas, beberé el vino frío de estar de nuevo solo, porque siempre lo estuve, hoy lo he descubierto. Me alimento del viento, del río de mi infancia, de los viejos poetas y de todas las recetas que aprendí a cocinarte y que nunca te hice. Aunque tú no lo sepas el amor siempre es fuego, chimenea, hogar, ceniza de árboles muy altos, de selvas y de sueños, de todo lo que dije, de todo lo escondido. Aunque tú no lo sepas, aunque nunca lo sepas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario