viernes, 23 de abril de 2010

BOCADILLO DE MORCILLA DE CALABAZA

(Guillermo, que me acompaña siempre)

En la garganta de Jaranda, por debajo de las Tres Juntas, del Charco del Águila y del Molino de las Siete Piedras, hay un charco largo, profundo y arenoso con una piedra redonda enorme justo en medio sumergida, nunca pesco ninguna trucha porque allí vive una familia de nutrias que veo de cuando en cuando jugar y esconderse en las cuevas de la orilla.

Pero en ese lugar, a media mañana, tumbado al sol abril sobre la arena, con un bocadillo de pan crujiente y morcilla de calabaza ahumada al fuego y un poco de vino, con la caña descansando sobre los juncos y el ruido del agua fría envolviendo el monte y la dehesa uno puede ser feliz, simplemente.

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