lunes, 1 de agosto de 2011

BOCADILLO Y VIAJE

(Dibujo de Laura Brink) Hay veces en el que la memoria es un paisaje tan remoto que no encontramos ningún mapa que contenga esa ruta. Veces en las que, desde lejos, vemos que ese paisaje carece ya de bosques, de agua y de misterio. ¿para qué volver entonces?, ¿para qué visitar de nuevo un horizonte que ahora es árido y brumoso y triste?

Cada vez mis viajes son más lentos. Apenas una ciudad, un horizonte cercano, nunca correr, ni hacer planes, ni rutas veloces… Esos viajes de horror tipo “conozca usted España en cinco días”, “Japón en una semana”, “Italia en siete días y medio”, Indonesia en seis mañanas”. La comida es lo mismo: “restaurante oriental” ¿te imaginas un restaurante titulado “occidental”?, “cocina española” ¿pero de dónde?... o los peores “cocina imaginativa”, “cocina creativa”, “cocina de autor”, “menú de degustación” ¿qué pasa que hay cocina de plagio?,¿ cocina de masas?, ¿menús para no degustar?...Puede ser.

Hay veces que perdemos el mapa que nos lleva a todos esos paisajes de la memoria que creíamos paraísos. Aún así emprendemos el camino y logramos llegar tras una ruta larga y dura. Al llegar nadie sabe nuestro nombre, ni huele a aquel perfume, las fuentes están secas, las piedras y la hiedra han cubierto la ternura, las palabras, de tan rotas, no suenan ni a murmullo. Viajo entonces muy despacio de vuelta, a veces muy cansado. Tengo hambre. Paro en ese bar de una carretera secundaria y pido con temor un bocadillo de jamón y un vaso de vino. Entonces, la sorpresa, el pan está crujiente adornado por dentro con un chorrito de aromático aceite, el jamón abundante es también de primera y hasta al vino me invitan.

Cuando salgo a la calle, al camino de nuevo, muy despacio, miro de reojo a la mujer del bar, bruja o hada o mujer sin más. Imposible olvidar a quien nos hizo feliz en tardes como esta, nos regale un imperio o un simple bocadillo.

1 comentario:

  1. Que razón tienes...y tantas supercarreteras nos han quitado la parada de esos bares de pueblo...

    ahora puedes parar en una gasolinera y comerte un bocata de pan congelado, con una lámina de plástico que llaman jamón.

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