martes, 1 de septiembre de 2009

BOCADILLO DE AMANITAS CONFITADAS Y ESCABECHADAS

Deseo que llegue pronto Octubre, que sea propicio, suave, lluvioso, soleado y que en los bosques de robles de la dehesa aparezcan las amanitas cesáreas con ese color naranja intenso igual que un huevo frito. Me encantan simplemente ralladas encima de un carpacio de carne con una vinagreta suave y un poco de parmesano, pero también me gusta hacerlas en un aceite templado (a 75 grados, no más. Se llama al asunto confitar). Antes de las setas hecho en el aceite un diente de ajo pelado y roto, una hoja de laurel, un poco de tomillo y otro poco de romero (muy poco) dejo cinco minutos que se aromatice el aceite y sumerjo entonces en ese aceite templado las amanitas cortadas en pedazos medianos otros cinco minutos, retiro el aceite y lo emulsiono entonces con un buen vinagre de jerez vuelvo a sumergir las setas en esa vinagreta deliciosa. Prefiero comerlas dos días después, cuando han cogido el aliño y han soltado a su vez su zumillo anaranjado. Entonces, en un bollo de pan tostado a las brasas, extiendo una buena capa de amanitas y otra buena capa de jamón ibérico picado, cierro los dos bocadillos y me voy contigo a pasear entre los robles saboreando este delicioso alimento de los césares. Me llevo además una cantimplora con Verdejo frío.

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