Los instintos
más primarios y animales, la
protección, conseguir alimento, el sexo… los humanos los hemos convertido en
otra cosa: arquitectura, gastronomía, amor… Sean lo que sean esos saberes.
Sofisticación,
refinamiento, exotismo, invención siguen teniendo gancho en las cocinas pero
aún siguen vivas la sencillez, la simplicidad, lo cercano, lo tradicional.
Año a año se
incrementan en España el consumo de alimentos industriales y precocinados y se
dedica menos tiempo en el hogar a preparar los alimentos.
El % de obesos
se incrementa. Se trata de una auténtica pandemia cuya causa no es tanto lo que
comemos como la forma de vida sedentaria.
España debería
ser una potencia europea en productos de alimentación de calidad. Sin embargo,
durante décadas, falló la distribución y el marketing inteligente. Distribuimos
productos de bajo precio y creemos aún que esa chufla de la “marca España” será
la panacea.
Eslóganes de
la “marca España” por orden cronológico: "Todo bajo el sol" ,
"España es diferente", "España es simpatía!”, "Pasión por
la vida", "Bravo España" "España marca", "Sonríe,
estás en España". Eslóganes Idiotas, simples, falsos, incomprensibles,
tópicos. Suenan a jamón inflable (y desinflado).
La mayoría de
la población sigue pensando que “se pierde mucho tiempo en la cocina”, pero casi
nadie dice que se pierde mucho tiempo ante la televisión.
Adriá and boys
han vendido muy bien la cocina daliniana entre las hordas gastrotétricas, el mundo de la moda y la
élite del poder, pero quién más ha hecho por evitar la extinción de la cocina
cotidiana de calidad en los hogares de España ha sido Arguiñano. Ese hombre se
merece todos los premios, alabanzas y aplausos.
La nueva
burbuja especulativa mundial es el mercado de los alimentos.
Hay miles de
blogs de cocina en España de una calidad cultural, técnica y gráfica (no el de Gastropitecus) que
superan en mucho al resto de blog temáticos y a todas las web de marcas de
productos de alimentación, incluyendo las multinacionales del sector.
Asombra toda
esa gente que trabaja mucho y bien porque sí, por pasión, por amor al arte
(ojalá imitasen su pasión y maneras nuestro políticos).
Es necesaria
una asignatura de filosofía, economía, alimentación y arte (todo junto) en los
institutos para activar la responsabilidad de los ciudadanos, evitar la estafa
de los bancos, comer bien y disfrutar contemplando un Goya, una ermita románica
y una puesta de sol.
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