viernes, 29 de enero de 2010

ALCACHOFAS CRISTINA Y AMISTAD A LO LARGO

Fue el sabor de “amistad a lo largo”, los versos de Jaime, la rica ensalada de escarola, piñones dorados y granada reventona, queso de El Casar de amorosa crema, Alcachofas Cristina, liebre royal para diez y vinos ricos para mojar la compañía con el calor cómplice de los nómadas y el sabor oscuro de quienes no temen al tiempo.

Confieso mi felicidad, mi risa ligera, esa chispa de lava que nos cruza. “Amistad a lo largo”, ese derroche y ese lujo de Jose Miguel Marinas de anfitrión y de Cristina. La certeza, por fin, de que en el amor es necesaria la desigualdad y lo distinto para que la chispa guarde el fuego intenso de la tierra fundida. Y también el riesgo y el derroche. Es mi secreto.

Las alcachofas hay que cortarlas en cuartos después de quitadas las hojas amargas. Pelar y cortar en trozos medianos patatas. Una cebolla en finas lonchas. Poner todo en crudo en olla a presión agregándole buen chorreón de aceite, medio vaso de agua, un poco de azafrán, sal, laurel, zumo e limón, pimienta negra, orégano y un pico de cayena, no más de una. Y a cocer unos quince minutos... Si no usas olla a presión cuece tapado para que las alcachofas que tienen mucha agua no se resequen. En los últimos cinco minutos de cocción añades por encima las almejas.

Ayer hice de nuevo la receta de Alcachofas Cristina. Así quiero nombrarlas, solo por recuperar el sabor y el recuerdo de esas horas tan ricas y esa acidez justa que tiene esta receta con el dulzor final de las almejas. Y siempre que haga la liebre royal, de ahora en adelante, me acordaré de vosotras, Cristina, Olga, Julia, Bego, Maite y también Maribel, que estuvo muy presente.

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