Para compartir un buen arroz negro con alioli es imprescindible
el amor o cuando menos un deseo potente, rotundo y sin escrúpulos. Utilizando
el símil del Dry Martini de 5.5 partes
de ginebra y 1.5 de vermú seco, debería ser un deseo con cinco partes de
instinto animal y una parte de cultura. Aceituna al gusto.
Atrévete a sonreír enseñando los dientes ante alguna gracia de tu
amante tras haber masticado una buena porción de arroz negro. Osa dar un buen
beso con lengua si tu amor no ha enriquecido como tú ese bocado con alioli o viceversa.
Nunca mejor dicho: "los dos tenéis que estar en el ajo".
Mi receta es la siguiente: huevo ecológico, aceite de oliva,
chorrín de vinagre suave, sal, diente de ajo sin su germen al que hemos escaldado
unos segundos y una cucharada de café de buena miel.
El arroz negro se puede hacer con chipirones o también con
trompetas de la muerte. El amor de después hay que hacerlo siempre con muchas
ganas, si no mejor no ponerse.
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